Hay muchas formas diferentes de poner fin a un matrimonio. No siempre es una transición fácil, pero muchas personas descubren que poner fin a su matrimonio es lo mejor que podían hacer para ellos mismos y para sus hijos. El primer paso en cualquier proceso de divorcio es evaluar su situación y averiguar si vale la pena salvar su matrimonio.
Hay tres tipos principales de divorcio: La separación, la anulación y el divorcio judicial. Por suerte, cada una de estas opciones tiene sus propias ventajas. Con un poco de paciencia y mucho trabajo, puede atravesar con éxito las complejidades de poner fin a su matrimonio y empezar a reconstruir su vida como persona soltera de nuevo.
Separación
Si usted y su pareja viven separados con la intención de divorciarse en algún momento, esto se conoce como separación. En situaciones como ésta, no se considera que estén casados, pero siguen estando sujetos a las mismas normas y leyes que rigen los matrimonios, incluida la posibilidad de acceder a las prestaciones conyugales si tienen derecho a ellas.
Si se está separando, usted y su pareja deben vivir separados y no tener planes de reunirse. No es obligatorio tener un acuerdo de separación, pero es una buena idea sentarse y planificar su relación teniendo en cuenta el acuerdo de separación. Su acuerdo de separación puede ser escrito o verbal. Puede incluir expectativas, acuerdos y responsabilidades. Sobre todo si se separan de forma amistosa, puede ser útil contar con asesoramiento legal cuando haya alguna disputa.
Cancelación
La cancelación se produce cuando uno o ambos miembros de la pareja declaran formalmente que el matrimonio ha terminado. Por lo general, ambas partes deben dar su consentimiento para la cancelación del matrimonio.
Esta puede ser una forma eficaz de poner fin a un matrimonio cuando uno o ambos miembros de la pareja no pueden divorciarse debido a una condición médica o a ciertas condiciones bajo las cuales debe iniciarse el divorcio.
Divorcio Judicial
Si usted y su pareja quieren poner fin a su matrimonio, pero no quieren pasar por las molestias y los gastos de obtener un divorcio, una separación legal o un divorcio a través de los tribunales, puede optar por poner fin a su matrimonio bajo la ley de divorcio judicial. El divorcio judicial es un proceso legal que permite a una pareja poner fin a su matrimonio.
Para conseguir un divorcio judicial, uno de los cónyuges debe presentar una petición para que el matrimonio sea declarado «disuelto» o «cancelado».
Obtener ayuda para una separación o divorcio
Si usted y su pareja están dispuestos a poner fin a su matrimonio, querrán determinar si pueden resolver sus diferencias y llegar a un acuerdo sobre cómo proceder. Esto puede ser muy difícil, pero no es imposible.
El divorcio es un proceso difícil que no se produce de la noche a la mañana. Se necesita tiempo y paciencia para resolver los problemas y llegar a una reconciliación. En muchos casos, las parejas tienen más posibilidades de éxito en la separación y el divorcio si buscan ayuda profesional, como un mediador o un abogado de divorcios.
Hay muchos recursos disponibles para las parejas que experimentan dificultades en su relación y quieren intentar resolver sus problemas. Hay muchas organizaciones comunitarias, refugios contra la violencia doméstica e incluso foros en línea que ofrecen apoyo a las personas separadas y divorciadas.
¿Qué es la disolución del matrimonio?
Un matrimonio se puede disolver a través del sistema judicial presentando una petición de disolución del matrimonio. Durante una disolución del matrimonio, el matrimonio no se termina oficialmente hasta que la petición de disolución es concedida por el tribunal y publicada en un periódico local.
Tras la disolución del matrimonio, la pareja es libre de volver a casarse o de iniciar una nueva relación, conocida como relación consensuada no monógama (CNM) o relación consensuada, sin vínculos legales con el ex cónyuge.
Cuándo recurrir al divorcio judicial
Hay muchas razones para solicitar un divorcio judicial. Quizás uno de los miembros de la pareja tenga problemas de salud, o quizás uno de los miembros tenga antecedentes penales que dificulten la obtención de un empleo. Sea cual sea la situación, si tiene dificultades importantes en su matrimonio, puede considerar la opción del divorcio judicial.
Conclusión
Hay muchas maneras diferentes de poner fin a un matrimonio. No siempre es una transición fácil, pero muchas personas descubren que poner fin a su matrimonio es lo mejor que pueden hacer por ellos mismos y por sus hijos. El primer paso en cualquier proceso de divorcio es evaluar su situación y averiguar si vale la pena salvar su matrimonio.
Si no lo es, hay otras opciones que pueden estar a su disposición, como la separación o la anulación. Si usted y su pareja viven separados con la intención de divorciarse, esto se conoce como separación. En situaciones como ésta, no se les considera casados, pero siguen estando sujetos a las mismas normas y leyes que rigen los matrimonios, incluida la posibilidad de acceder a las prestaciones conyugales si tienen derecho a ellas.
Si usted y su pareja están separados y quieren divorciarse, pueden presentar una demanda de divorcio en el juzgado de menores de su condado. Si usted y su pareja quieren poner fin a su matrimonio pero no quieren pasar por las molestias y los gastos de un divorcio, pueden solicitar un divorcio judicial.
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